Hallazgo y publicación de un resto dental humano de la Cueva del Ángel Hallazgo y publicación de un resto dental humano de la Cueva del Ángel
    El pasado 12 de diciembre de 2022 fue publicado en la prestigiosa revista American Journal of Biological Anthropology el artículo titulado A... Hallazgo y publicación de un resto dental humano de la Cueva del Ángel

 

 

El pasado 12 de diciembre de 2022 fue publicado en la prestigiosa revista American Journal of Biological Anthropology el artículo titulado A human lower third molar from the Acheulean site of Cueva del Ángel (Lucena, Córdoba, Spain) (https://doi.org/10.1002/ajpa.24677), sobre el hallazgo y estudio del primer resto humano (un molar) encontrado en la Cueva del Ángel de Lucena.

 

El estudio está firmado por diversos integrantes del equipo de investigación liderado por Cecilio Barroso que, desde 1995, viene desarrollando la excavación y estudio del yacimiento, y pertenecientes a instituciones como la Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana (Lucena, Córdoba), el Muséum National d’Histoire Naturelle de París, el Centre Européen de Recherches Préhistoriques (Tautavel, Francia), la Université de Perpignan – Via Domitia y la Universidad de Sevilla. Al estudio se han sumado investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos, como José maría Bermúdez de Castro, codirector de los yacimientos de Atapuerca y uno de los mayores expertos sobre dentición de homininos a nivel mundial.

 

La aparición de este molar sitúa a la Cueva del Ángel entre los escasos yacimientos andaluces que han proporcionado fósiles de homininos, entre los que destaca por su número la cueva del Boquete de Zafarraya (Alcaucín, Málaga), excavada por el propio Cecilio Barroso entre los años 80 y 90.

 

El espécimen fue hallado casualmente en el verano de 2019, durante la campaña de excavación preventiva realizada con carácter previo a la sustitución de la cubierta de chapa del yacimiento que, desde 2014, impide la ejecución de nuevos trabajos de excavación por interdicción expresa de la Dirección general de Bienes Culturales y que, a fecha de hoy, sigue sin resolverse. En la excavación preventiva de 2019, que confirmó la extensión del yacimiento, se realizaron algunos hallazgos de superficie. Entre éstos, se recogió un bloque de brecha (sedimento fuertemente cementado) de los muchos que se encuentran esparcidos alrededor del yacimiento como consecuencia de los sondeos mineros llevados a cabo en el siglo XVIII y de los procesos erosivos. El molar humano se encontraba dentro de dicho bloque y fue hallado durante su procesado de laboratorio. El espécimen se preserva en dos fragmentos (la corona, por una parte, y la mayor parte de la raíz, por otra) en un buen estado de conservación.

 

En el bloque de brecha se distinguen claramente dos estratos, que pueden localizarse en el techo de la secuencia estratigráfica, de modo que la procedencia del molar puede estimarse en los niveles más recientes de ocupación del yacimiento. Los pequeños fragmentos de dentina desprendidos de la raíz permitieron realizar una datación directa del molar por el método conocido como racemización del ácido aspártico, que se basa en determinados cambios estructurales que se producen en este aminoácido a lo largo del tiempo y que permiten determinar la antigüedad de un espécimen conociendo la tasa a la que se producen dichos cambios. La antigüedad estimada por este método para el molar de la Cueva del Ángel es de 104.300 años, lo que lo sitúa en la última fase de ocupación del yacimiento antes del colapso de la cueva.

 

De este modo, el molar de la Cueva del Ángel es el fósil humano más antiguo de la provincia de Córdoba y uno de los más antiguos de Andalucía, sólo tras el molar deciduo de Barranco León (Orce, Granada), con una edad estimada de 1’4 millones de años que lo sitúa como el fósil humano más antiguo de Europa. El molar de Lucena se encuadra en el inicio del Pleistoceno Superior, en una fase climática denominada Estadio Isotópico Marino 5, cuando el continente estaba habitado por neandertales tempranos. Los fósiles de estos neandertales tempranos son extremadamente raros en la Península Ibérica, donde sólo se han hallado algunos restos aislados en el nivel VII de Lezetxiki (Mondragón, Guipúzcoa), la Cueva del Camino (Pinilla del Valle, Madrid), el Dalt del Tossal de la Font (Vilafamés, Castellón), la Cova del Bolomor (Tavernes de la Valldigna, Valencia), el nivel 33 de la Cova Negra (Játiva, Valencia) y el nivel VIII de la cueva de la Carihuela (Píñar, Granada).

 

El molar de la Cueva del Ángel se sometió además a una microtomografía computarizada (micro-CT), técnica que permite, con una gran resolución, realizar una reconstrucción tridimensional de la pieza y separar los diferentes tejidos (esmalte y dentina), para así acceder a la estructura interna del molar de forma totalmente inocua, superando así las limitaciones que el desgaste dental puede ofrecer para la observación de los rasgos anatómicos.

 

El espécimen en cuestión es un tercer molar inferior derecho. Presenta características anatómicas típicas de los neandertales y que, por el contrario, son muy infrecuentes en los humanos modernos y otras poblaciones del Pleistoceno. Entre estas características destaca la combinación de una fóvea anterior y una cresta media del trigónido, que es un puente de esmalte que une las dos cúspides mesiales (anteriores) de los molares inferiores. En cuanto a la raíz, a pesar de no conservar el ápice, el molar de la Cueva del Ángel reproduce el patrón de los neandertales que, a diferencia de los humanos modernos, no presentan dos raíces en los molares inferiores, sino que sólo tienen una raíz de forma cilíndrica que puede bifurcarse en su extremo. Además, la cámara pulpar (la cavidad interior de los dientes) de los molares neandertales es grande y alargada verticalmente, característica que se conoce como taurodontismo y que sólo se observa en bajas frecuencias entre los humanos modernos. La micro-CT del molar de la Cueva del Ángel ha permitido observar que se trata de un molar taurodonto.

 

No obstante, determinadas características del espécimen lo acercan a otras poblaciones relacionadas con los neandertales como la de la Sima de los Huesos de Atapuerca (~430.000 años), en la que ya se observan numerosas características de los neandertales posteriores y con los que existe una estrecha relación genética. El molar de la Cueva del Ángel tiene unas dimensiones pequeñas en comparación con los terceros molares neandertales, dimensiones que son comparables con las de los individuos de la Sima de los Huesos. Por otra parte, el molar de Lucena sólo tiene 4 cúspides principales, mientras que los neandertales tienen 5 cúspides en el tercer molar, y la única población del Pleistoceno Medio y Superior en la que se observan especímenes sin la quinta cúspide es de nuevo la de la Sima de los Huesos.

Por otra parte, el molar de la Cueva del Ángel presenta otros rasgos particulares y que se han registrado raramente en el registro fósil. Uno de ellos es la denominada cresta del talónido, que sólo se ha observado en unos pocos molares permanentes de la Sima de los Huesos y de la colección de neandertales tempranos (~130.000 años) de Krapina (Croacia). Finalmente, en la cara bucal de los molares inferiores se puede dar un rasgo llamado protostílido, que puede desarrollarse desde la forma de una cresta hasta la de un estílido (pequeña cúspide). Este rasgo, muy infrecuente entre los humanos modernos, se desarrolla siempre en la parte anterior del molar, pero en el molar de la Cueva del Ángel se observa un protostílido muy desarrollado en la parte posterior, particularidad que se ha observado en algunos Australopithecus y Paranthropus africanos y en algunos Homo erectus de Zhoukoudian (China).

 

En definitiva, el molar de la Cueva del Ángel es un tercer molar mandibular perteneciente a un neandertal temprano con una antigüedad de más de 100.000 años. Presenta las características típicas de los molares neandertales, aunque algunos rasgos lo acercan a otras poblaciones como la de la Sima de los Huesos de Atapuerca, evidenciando así cierta variabilidad métrica y morfológica entre estas poblaciones neandertales del Pleistoceno Superior inicial. Este hallazgo responde al duro trabajo que el equipo de investigación lleva desarrollando en el yacimiento de forma altruista desde 1995, y que ha permitido conocer en profundidad los hábitos de vida y el comportamiento de esta población  prehistórica. Este fósil supone la primera pieza para, además, poder caracterizar a estos humanos y comprender sus relaciones con otras poblaciones del Pleistoceno. Sin duda, el excepcional yacimiento de la Cueva del Ángel arrojará más fósiles humanos que aportarán nuevos datos, esperando a que se nos permita continuar su excavación.

 

 

Referencia del artículo:

 

Bermúdez, F. J., Martínez de Pinillos, M., Medina-Lara, F., Barroso-Medina, C., Cabral-Mesa, A. L., Santiago-Pérez, A., Ortiz, J. E., Sánchez-Palencia, Y., Saos, T., Grégoire, S., Pois, V., Vialet, A., Monge, G., Moigne, A.-M., Caparrós, M., de Torres, T., Bermúdez de Castro, J. M., & Barroso-Ruiz, C. (2022). A human lower third molar from the Acheulean site of Cueva del Ángel (Lucena, Córdoba, Spain).

American Journal of Biological Anthropology. Advanced online publication. https://doi.org/10.1002/ajpa.24677

 

 

Figuras:

 

  • Fotografía de la raíz (izquierda), aún embutida en el bloque de brecha, y la corona (derecha).
  • Vista oclusal del molar: fotografía (izquierda) y reconstrucción 3D a partir de la micro-CT de la corona completa (centro) y la dentina (derecha).
  • Vista bucal del molar con la restitución de la corona y la raíz: reconstrucción 3D a partir de la micro-CT del molar con el esmalte en rojo (izquierda), modelo semitransparente con la cavidad pulpar opaca (centro), y modelo sin el esmalte (derecha) que permite apreciar la superficie de la dentina.

 

 

 

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