Confinamiento, PSIKOS nos invita a reflexionar y crecer en tiempos de crisis Confinamiento, PSIKOS nos invita a reflexionar y crecer en tiempos de crisis
    Esta semana hemos invitado a la psicóloga Carmen Gálvez Campaña  del centro Psikos a que nos dé su visión para afrontar lo... Confinamiento, PSIKOS nos invita a reflexionar y crecer en tiempos de crisis

 

Oops...
Slider with alias boarte solo not found.

 

Esta semana hemos invitado a la psicóloga Carmen Gálvez Campaña  del centro Psikos a que nos dé su visión para afrontar lo mejor posible el confinamiento durante la crisis que vivimos actualmente, nos deja su reflexión en el siguiente texto: 

 

Si a algo nos está llevando este confinamiento, en la mayoría de los casos, es a salir diariamente de nuestra “Zona de confort”.  Salir de nuestra zona de confort sin salir de casa, qué paradoja y qué forma de crecer, queriendo o sin querer, pero creciendo. Pese a estar en nuestro hogar, en el “confort creado y elegido en nuestras viviendas” hoy modificamos nuestras vidas al cambiar horarios, aprendiendo a teletrabajar, aprendiendo a marchas forzadas a ser maestros de los peques, a tener más detalles que nunca con una imaginación que no se agota, a leer lo que nunca había tiempo, a hacer deporte con botellas de agua, a inventar una “teleamistad” que los de mi generación no manejábamos, expertos ahora en Zoom, Google Meet, Classroom…

Ésta es la parte interesante, ese es el reto. Observar cómo avanzamos (aún sin movernos) y observar con más esmero que nunca nuestras emociones, nuestros pensamientos. Cuidarnos para prevenir o cuidarnos para crecer.

No es necesario seguir un listado infinito de pautas que a veces nos agobian o nos cargan de culpa por no poder cumplir. Son propuestas… Lo que sí es fundamental es cuestionarnos, reflexionar ahora: ¿estoy haciendo algo nuevo? ¿estoy aprendiendo? ¿Qué siento? ¿Es natural esta emoción? ¿hago algo útil para mí o para alguien estas semanas?

Encontramos numerosas investigaciones científicas que corroboran que existen pautas que mejoran nuestro nivel anímico,  nuestra higiene de pensamientos y que provocan emociones más adaptativas que protegen nuestra salud mental. Y por supuesto que funcionan, pero como decía Platón “El que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el que ara y ara y no siembra”. Espero que estas propuestas sirvan para iniciar alguna siembra y por supuesto estar en la mejor situación emocional posible. La lista podría ser larguísima, pero quizá nos sirva como comienzo:

 

Crear una rutina y horarios firmes tanto en alimentación, descanso, teletrabajo, obligaciones de casa… No podemos cuidar la mente si no cuidamos nuestro cuerpo primero, por ejemplo descansando las horas adecuadas, una de las primeras áreas a las que está afectando el confinamiento. Dormirnos muy tarde, levantarnos tarde, comer a deshoras o alimentos hipercalóricos…Estos desajustes desgastarán nuestra energía, dificultando otras actividades.

 

Parte de esa rutina es fundamental que implique actividad física, mental y creativa, no sólo deporte tan necesario por las endorfinas que tanto nos urgen, sino una actividad cognitiva intensa que active otras zonas de nuestro cerebro, que nos aleje de la queja, de la preocupación, que nos haga crear, imaginar, conectar otras redes neuronales que nos permitan volar fuera de casa o estar totalmente absortos en nosotros mismos; Sudokus, autodefinidos, pintura, lectura, costura, cocina, música, diseño, humor… ¡¡Cuánta originalidad hemos visto en videos infinitos anónimos y cuántas sonrisas, lágrimas o carcajadas nos han sacado!!

 

Mantener y fortalecer vínculos sociales, vecinos, amigos, familia…, También es un momento ideal para mostrar interés por aquellos que no estando en la primera línea de nuestros afectos, son importantes para nosotros, forman parte de nuestra vida y pasamos demasiado tiempo sin un, ¿cómo estás? ¿cómo van ahora las cosas? Me acuerdo de ti. Elige una persona de este grupo cada día, muestra tu afecto… Te conectas, creces, amplías y quién sabe si serás la única persona que ese día se acuerde de ella, de él, o de su situación en esta historia…

 

 

Establecer pequeños objetivos diarios, bien de aprendizaje, de ocio, retos pendientes, pequeños placeres; hacer un TikTok con tus hijos, una nueva receta, empezar a crear ese álbum digital que regalarás a alguien importante cuando esto pase, una sesión de relajación bien al sol de la terraza o en una bañera que nunca has tenido tiempo de llenar para cuidarte, mejorar tu inglés 15 minutos al día, ver un capítulo más de esa serie, o gastar una broma a tu pareja para ver su sonrisa…

 

Aprovechar el momento, este momento no elegido de parón, pero que nos regala escucharnos. Aprender a meditar a practicar Mindfulness, a cuestionarnos, reconectar con quienes éramos, con lo que nos gustaba hacer… Justo ahora cuando no podemos pensar qué ocurrirá mañana, cuando el presente es lo que tenemos y quien lo está saboreando es quien está empezando a descubrir en qué consistía aquello de la felicidad. ¿Se puede ser feliz hoy, encerrados en casa?

 

Observar y aceptar nuestras emociones; cómo se mezclan lágrimas de risa o de emoción con lágrimas de tristeza, momentos de rabia, de frustración, de calma y hasta de remordimiento por “no hacer”. Es importantísimo aceptar como válidas y necesarias esas emociones o ¿qué es si no el ser humano? Sentir vulnerabilidad, temor, apatía…, no es patológico, siempre y cuando no nos derrotemos ante una emoción que nos daña y no nos movamos de ella. Sí es importante estar alerta cuando esa emoción dolorosa o destructiva se instala en nosotros, nos aplasta y dejamos de hacer cosas, la energía desaparece y todo cuesta demasiado. En estos casos hay que prevenir cualquier tipo de trastorno y movilizar otros recursos más específicos, más profundos del ser humano.

 

Podríamos continuar con muchas más propuestas, incluso ahondar para entender por qué todo esto es importante. Pero las listas no importan. Importas tú, que te estás reinventando y por tanto ampliando tus recursos, tus fortalezas, aprendiendo, emocionándote, conociéndote… Aunque no lo veas, aunque pienses que todo el mundo está haciendo grandes cosas y tú ni siquiera haces la rutina de ejercicio. Tú tienes tus circunstancias, tu momento, tu historia y estás leyendo esto porque quieres seguir avanzando, adaptándote, que es la mejor cualidad de la inteligencia.

¡Lo estás haciendo! Repasa cuánto has aprendido y sentido este último mes, cuánto ha cambiado tu rutina, tu entorno y cómo sigues buscando tu mejor versión en este momento de la historia que compartimos juntos.

Piénsalo, si no tomas conciencia de tu aprendizaje, el que ya estás realizando, será más difícil subir el siguiente peldaño. Si hay que elegir un sólo objetivo, es ser consciente de ti, de lo que te estás sorprendiendo y descubriendo, de cómo y en qué te cuidas. Llevamos un mes subiendo peldaños, sigamos dándonos cuenta de nuestro proceso mientras mimamos nuestras emociones, aunque no siempre sean las que desearíamos tener, pero necesarias para subir el siguiente escalón. Y cuando salgamos de casa, poder tener una mirada enfocada desde mucho más arriba.

 

 

No hay comentarios hasta ahora.

Sea el primero en dejar un comentario a continuación.