Las Carmelitas Descalzas de Lucena ponen fin a su presencia en la ciudad tras más de cuatro siglos. La comunidad, compuesta por solo tres monjas, se trasladará al Carmelo de Cabrera, en la Diócesis de Salamanca, para continuar su misión. La decisión se ha tomado debido a la escasez de vocaciones y a la petición de ayuda de otro convento necesitado.
Un adiós con dolor y agradecimiento
La Priora del Monasterio de San José y Santa Teresa, la Madre Mª Magdalena de San Juan de la Cruz, ha expresado su «dolor y pesar» por la marcha, pero a la vez ha mostrado su conformidad con la «voluntad de Dios». Las hermanas han hecho «absolutamente todo lo que estaba en su mano» para que el convento permaneciera abierto, pero la falta de vocaciones y las necesidades de otros conventos han hecho que su partida sea inevitable.
El Papa Francisco, un vínculo cercano
La relación entre las Carmelitas Descalzas de Lucena y el Papa Francisco ha sido especialmente estrecha. El Santo Padre ha mostrado su apoyo en numerosas ocasiones, tanto a la comunidad en general como a la Madre Adriana de Jesús Crucificado, quien fuera priora del convento hasta su fallecimiento en septiembre de 2023. Francisco incluso llamó personalmente al monasterio para reconfortar a la monja en sus últimos momentos de vida.
Un legado de servicio y espiritualidad
Las Carmelitas Descalzas han dejado una profunda huella en Lucena durante los 412 años que han estado presentes en la ciudad. Además de su labor espiritual, han desarrollado una importante actividad cultural y social. En 2006 cedieron la imagen de Santa Teresa de Jesús a la parroquia de Santiago y cuatro años después hicieron lo propio con la imagen del Santo Cristo de la Misericordia a la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús.
Un nuevo capítulo en Salamanca
Las monjas afrontan con «gozo» su nueva misión en el Carmelo de Cabrera, pero no sin cierta tristeza por dejar Lucena, «un pueblo tan mariano» donde han dedicado su vida a Dios. A pesar del dolor por la despedida, las Carmelitas Descalzas se llevan consigo el cariño y el recuerdo de toda la comunidad.