En la mañana de ayer, el presidente de la Cooperativa Olivarera Nuestra Señora de Araceli, Antonio Aguilera Muñoz, ofrecía los frutos del campo andaluz a María Santísima de Araceli en su Real Santuario de Aras.
En el transcurso de la celebración religiosa, Aguilera Muñoz, en su disertación, destacó los valores culinarios, sanitarios, culturales y religiosos del pan, el vino y el aceite que entregaba a Nuestra Madre. Por ello, ofreció los frutos en nombre de agricultores y trabajadores del campo, “estos andaluces que alimentan a gran parte de la población con productos de calidad, a la vez que saludables y sostenibles. Los que con tanto mimo y cariño cultivan sus campos desde Almería hasta Huelva, desde Sevilla a Granada, pasando por Málaga y Cádiz, hasta llegar a los olivares de Córdoba y Jaén y la importancia de su producción para la economía local y autonómica”.
Así, resaltó que “entre los productos del Trigo, te ofrecemos el Pan, posiblemente sea el alimento más importante de la historia, no en vano, Jesucristo alimentó y nos sigue alimentando a miles de personas con su Pan”.
Destacó que los agricultores también ofrecen el vino, que junto al pan “siguen siendo ofrecidos a Dios por el sacerdote, quien los convierte a través del ritual sagrado de la consagración, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo”. Añadió que en la sociedad lucentina “es signo de confraternidad en una de nuestras señas de identidad, la santería. En ella, alrededor de una mesa y con una copa de vino en la mano, afloran sentimientos y se sellan amistades para todas nuestras vidas.»
Haciendo referencia a la importancia del olivar en la historia de la ciudad de Lucena, Antonio Aguilera Muñoz, ofrecía a la Patrona de Lucena y del Campo Andaluz “los productos del olivo, que son muchos, ero por encima de todos, nuestro preciado aceite de oliva, nuestro oro líquido”.
Aprovechó el oferente para pedir a la Virgen “que riegues tus campos llenándolos de vida, para que florezcan los frutos que te ofrecemos. Los de la vid, los del trigo y los del olivo”. Del mismo modo, rogó que “nuestros representantes a todos los niveles, se conciencien sobre la necesidad de la protección y cuidado del agua y que realicen las inversiones necesarias para que nunca nos falte este bien tan preciado y necesario”.
La celebración religiosa presidida por el vicario episcopal de la Campiña, Jesús María Moriana Elvira, contó con el acompañamiento musical de Antonio Nieto al cante acompañado por la guitarra de José Morillo.
Al finalizar la eucaristía, el oferente, acompañado por su mujer, accedió al Camerín de la Virgen para depositar la bandeja de ofrendas a los pies de Nuestra Señora de Araceli.